Rubén Dario Reina, un violinista colombiano que marca la diferencia en la tradición musical europea

21/Ene/2014

“Rubén es claramente un violinista muy talentoso. Su actitud hacia la música es enriquecida por un sonido hermoso y un trabajo serio”; así define Irina Bochkova, profesora del Conservatorio Tchaikovsky de Moscú, al violinista colombiano Rubén Dario Reina, quien desde sus primeros recitales, a los once años, ha desarrollado una amplia actividad musical que le ha permitido triunfar en Europa. 

 

Después de estudiar en el Conservatorio de Bogotá con Olga Chamorro y Eduardo Berrío, de obtener el primer premio en el concurso "Centenario del Conservatorio de Bogotá" y de realizar conciertos como solista con la Orquesta de Cámara de Caldas, la Sinfónica del Valle y la Sinfónica Juvenil de Colombia, Rubén Dario decidió salir del país con el fin de ampliar sus horizontes profesionales.

 

“La música siempre ha sido una profesión muy internacional. Por lo tanto no es de extrañar que aquellos que la ejercemos, tengamos que trasladarnos de un lugar a otro durante nuestra vida. A esto se suma que especialmente en mis años académicos, la música clásica en Colombia estaba muy poco desarrollada y cualquier joven que aspirara a hacer una carrera internacional se veía obligado a abandonar el país en búsqueda de oportunidades. Este fenómeno ha disminuido durante los últimos años, pero es verdad que seguimos teniendo una escuela que necesariamente tiene que ser reforzada en el exterior para que nuestros artistas alcancen una formación completa”, afirma Rubén Dario.

 

En 1988, el Ministerio de Cultura de la entonces Unión Soviética le otorgó una beca de estudios en el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú donde fue alumno de Gregory Feiguin y Ara Bogdonyan, ambos discípulos del célebre violinista David Oistrakh. Al culminar sus estudios obtuvo el título de "Master of Fine Arts", Violinista Concertista, y Profesor Superior de Violín y Música de Cámara. Obtuvo además Diploma de Honor en el concurso internacional de Viña del Mar (Chile 1995) y premio especial en el concurso Rodolfo Lipizer (Italia 1996).

 

Posteriormente, Rubén Darío se trasladó a España en donde no solo ha desarrollado una exitosa carrera profesional, sino que también ha acumulado grandes experiencias de vida. “Una de las cosas más inesperadas con las que se encuentra un colombiano que llega a España, es saber que hablamos el mismo idioma pero lo usamos de forma diferente. Es así como durante mis primeros meses aquí tuve que aprender que un tinto es un vino, una tapa es algo de comer que los bares ofrecen de forma gratuita al cliente que pide una cerveza, etc. Por otra parte, expresiones nuestras como: “señora, regáleme una gaseosa” son completamente ininteligibles para los españoles. Piensan que uno de verdad está pidiendo que se la regalen. Esto se presta para malentendidos que incluso, pueden llegar a ser muy divertidos”, recuerda Rubén Darío.

 

Entre sus actuaciones como solista destacan conciertos con la Sinfónica de Radiotelevisión Española (RTVE), de la que es profesor integrante desde el 2002; la Sinfónica de Rusia; la Filarmónica de Novoibirsk; la Orquesta del "Chicago Latino Symphonic Festival"; la Sinfónica de Lvov de Ucrania; la Orquesta del Estudio de Opera del Conservatorio Tchaikovsky de Moscú y diversas orquestas de Colombia, Argentina y Bolivia. Ha sido además concertino principal invitado por la Sinfónica Nacional de Colombia y Filarmónica de Bogotá, con las cuales también ha actuado como solista.

 

Actualmente también es director y fundador de Muzík Ensemble, con la cual realiza una labor de divulgación cultural con programas pedagógicos en familia y conciertos comentados para todos los públicos.

 

Acompañado al piano y en grupos de cámara, ha actuado en prestigiosos escenarios internacionales como el Auditorio Nacional de Música de Madrid, Museo Guggenheim de Bilbao, Palacio Real de Madrid, Maly Zal y Sala Rachmaninoff de Moscú, Casa de la Amistad de San Petersburgo, y otros escenarios de Portugal, España, Suiza, Grecia, Brasil y EEUU.

 

Pese a sus logros y reconocimientos, Rubén Dario reconoce que no ha sido sencillo triunfar en el exterior. “Son innumerables las dificultades que un músico clásico colombiano se puede encontrar fuera del país. La primera es la falta de credibilidad, debido a que nadie se imagina que un colombiano pueda abrirse paso en un medio tan competitivo y alejado de los estereotipos a los que normalmente estamos sujetos. La mayor parte de quienes ejercen esta profesión son de origen europeo y tienen a sus espaldas una tradición que por muchas razones nosotros no poseemos. Lo peor de todo es que esa falta de credibilidad, la tenemos que padecer también dentro de nuestro propio país, lo cual resulta en ocasiones bastante doloroso.”

 

Rubén Dario ha grabado para Radio Nacional de España, Televisión Española, Radio de la Suisse Romande, Canal Cultural de la Televisión Rusa e Inravisión de Colombia. En 2004, la asociación Colombiana de Música Electrónica presentó el CD donde se incluye el Concierto para violín y orquesta del compositor colombiano Jesús Pinzón Urrea, grabación en vivo desde la prestigiosa Sala Bolshoi de Moscú.

 

Rubén Dario también fue miembro de la Real Filharmonía de Galicia en Santiago de Compostela bajo la dirección de su entonces titular Helmuth Rilling. Fue además profesor de la Escuela de Altos Estudios Musicales, y participó en todos los ciclos de cámara del Auditorio de Galicia hasta 2002. Paralelamente, es miembro del Intémpore Piano Trío, con quienes actúa regularmente en las principales salas del territorio español.

 

Para Rubén Dario “La mayor contribución que uno le puede hacer al país dentro y fuera de sus fronteras es trabajar honestamente, a conciencia y con la máxima calidad posible. Francamente, nunca he pretendido ser un abanderado de mi patria, pero he tenido la oportunidad de vivir cientos de experiencias profesionales en las que además de obtener la gratitud del público, he sentido que mi país ha quedado bien representado y eso me satisface profundamente. Hay muchas formas en las que puedo contribuir al país, ya sea como intérprete del violín, director o profesor en talleres de música de cámara, orquesta, violín solista, conciertos didácticos, etc. Personalmente, adoro mi profesión, soy feliz ejerciéndola y no hay un lugar en el mundo donde me gustaría hacerlo más que en Colombia.”

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